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Los Fameliars, duendes de la naturaleza en Ibiza

Ibiza san juan fameliers
Los fameliars existen (sí, sí, como comprobaréis más adelante no se extinguieron) unos duendes que poblaban hace muchos años Ibiza. Se llamaban fameliars y eran tan pequeños que podías tener muchos guardados en una caja de cerillas…
Si los sacabas, pedían incesantemente “Feina o menjar , feina o menjar!” (trabajo o comida) y eran capaces de hacer las más arduas tareas a una velocidad insólita. Se les atribuye la construcción de casas y puentes que “mágicamente aparecieron en una sola noche”, según cuentan los vecinos más mayores, pero una vez terminado el trabajo, venían por más labores o por más comida.
Su apetito era igual de insaciable que su ansia de trabajo. Si se acababa lo uno, arrasaban con todo lo que hubiera en la despensa y ya entonces, desaparecían y sólo una frase mágica, un hechizo podía devolverle a la botella. Lamentablemente este hechizo se perdió con el paso de los años…
Puente del río de Santa Eulària
Puente del río de Santa Eulària en Ibiza.

¡Pero no creáis que desaparecieron los fameliars!

No. Aún puedes obtener uno de esos duendes precisamente la noche de San Juan. Para ello tienes que ir debajo del Pont Vell en Santa Eularia (Ibiza) y justo a medianoche, verás crecer una hierba, la hierba de los Fameliars. Atento porque crecerá sólo un instante. Arráncala deprisa y guárdala en una botella oscura, a poder ser con agua bendita y ponla debajo de tu cama.
La mañana de San Juan por la mañana serás el afortunado propietario de un fameliar. No te preocupes si no lo ves, pues dentro de la botella es transparente. Ten fe que en uno o dos días, al abrir tu botella empezará a inflarse, como si de un globo se tratase.
Tu fameliar, ¡no te asustes! te advierto que es horrible, será dentudo, con brazos y piernas largas y sin pelo (y dicen que hasta con verrugas).
Ahora, ten la despensa siempre repleta o mucho, mucho trabajo por hacer.

RONDALLA: Els dos fameliars (los dos fameliars)

Prop de Cala Llonga hi vivien dos majors que tenien dos fameliars feia molts d’anys. Un dia, el seu nét mentre jugava, va obrir les ampolles i els dos fameliars van sortir. -Feina o menjar! Feina o menjar!- cridaren els fameliars. -Déu sigui amb naltros!- va dir la majora. Com el seu marit no hi era i ella no sabia com ficar-los dins l’ampolla, els va manar que rodessin la sénia i traguessin aigua fins que omplissin el safareig. Però la majora, per tenir-los més temps enfeinats, havia llevat el tap de l’ull de baix del safareig, i tota l’agua sortia camí avall. Així no s’acabarien mai d’omplir el safareig i estarien més temps enfeinats. Sort que l’amo va arribar aviat, anà a cercar les botelles, i amb l’oracioneta els va ficar dins.”