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Cuencos tibetanos, cantos armónicos y la sanación

Sala Monasterio Avellanes.

Cuencos tibetanos, cantos armónicos y la sanación

Por Jordi Orriols Luque fb.com/elorriols

Hace años, cuando estaba bastante perdido en la oscuridad de mi alma, llegaron a mí unos cuencos tibetanos. Por aquél entonces la vida me había llevado a vivir de ermitaño en el antiguo castillo que guarda la Ermita de la Ecología, en Gallifa, Barcelona. Habitaba una caseta de madera, a los pies de la construcción románica.

Estaba destrozado por dentro, emocionalmente hablando. Sentía que vivir allí, en medio de la naturaleza me curaba. Por eso me quedé más de medio año allí. Mis vecinos eran los halcones y las ocas. Y un perro abandonado que se quedó a vivir conmigo. El Raky. Por entonces todavía me veía con mi hijo mayor. Ahora, las tormentas de la desconfianza y la mentira, nos mantienen separados, pero seguro que algún día volveremos a abrazarnos. En aquella época él, mi hijo mayor, tenia unos siete años. Me voy del tema… Perdón, pero así conoces otra parte de ti, la que vivo desde mi punto de vista. Para que me comprendas mejor.

Un día que estaba muy hecho polvo, porque la separación de mi hijo me dolía demasiado, se me ocurrió ir al lado del estanque que hay en el castillo. Empecé a hacer ruidos con la voz, tratando de imitar los cantos armónicos, no sonaba demasiado bien, pero comprobé que los peces de colores del estanque, carpas, reaccionaban a mis pensamientos y mi voz. Yo les cantaba paleolíticamente que se acercaran a mí, pensando eso, visualizándolo, y ellos acudían a mi llamada. Después les decía con el pensamiento, la intención y la voz que se marcharán y se iban. Así, jugando estuve una hora, o más… No sé, cuando uno vive casi fuera del sistema, pierde las nociones del tiempo artificial.

Los cuencos tibetanos por un lado, y la voz, los cantos armónicos por otra. Ya tenía dos herramientas que he tardado más de diez años en controlar un poquito. Sé que hay gente que trabajan con los chakras y las notas y los cuerpos energéticos y demás… Yo, todo eso, se me hace demasiado grande, para entender… Yo los he utilizado, a los cuencos y la voz, para llegar más y más adentro mío. Me siento, entorno los ojos y hago sonar un cuenco, haciendo girando el palo de madera a su alrededor una y otra vez, centrando mi mente en escuchar más y más profundo, más allá, para conseguir estar más aquí, más cerca del Corazón. Te concentras en el sonido y cantas las vocales, experimentas y vas encontrando que de dentro de ti salen más y más sonidos… Dejas que lo que existe dentro se manifieste a través de la cuerdas vocales, siempre sobre una alfombra de sonido armonizador creado por la vibración de los cuencos armónicos.

Años más tarde de estar en Gallifa estuve, con mi compañera Gabriela, trabajando en el Monestir de Les Avellanes, en Os de Balaguer, Lleida. Hacíamos sanación con reiki, cristales, y sonido (cantos armónicos y cuencos tibetanos y de cuarzo). Allí aprendimos más que somos pura vibración, frecuencias de sonido materializadas y que mediante nuestro pensamiento y nuestra intención creamos nuestro universo “interior” primero, el cual se materializa en el “exterior” posteriormente. Aprendimos que con el pensamiento se crea la realidad. Por eso vivimos todos encarcelados en este sistema caducado, porque lo recreamos mentalmente cada día, aportando nuestra energía vital para que siga existiendo. Hasta que la gente no se dé cuenta de que su realidad caótica la crean ellos mismos, que lo que vivimos a fuera es exactamente igual que lo que vivimos adentro, hasta que no comprenda eso, no va a despertar en masa. Gracias a Dios-Diosa muchos somos los que ya hemos despertado. Ayudemos a la Humanidad a Despertar.

No sé si habré inyectado algo de curiosidad por el mundo del sonido y la vibración para la sanación, pero si lo he conseguido estaré más que satisfecho.

Si quieres acercarte a nuestro podcast (radio show) dedicado a la Protección de la Naturaleza y la Evolución del Ser, te dejo este link: naturalezaproteccion.blogspot.com


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